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Por Natalia Freire @ladeporteca

El equipo que no debió morir (The Team That Wouldn't Die. The Story of the Busby Babes) es el título del libro escrito en 2008 por el prestigioso periodista John Roberts que sirve como tributo al equipo del Manchester United entrenado por Matt Busby que sufrió un accidente aéreo el 6 de febrero de 1958.

Aquel equipo estaba llamado a destronar al todopoderoso Real Madrid. Sus jugadores eran conocidos como Los Chicos de Busby (Busby Babes) porque eran el fiel reflejo de la idea futbolística que tenía el mítico entrenador Matt Busby. Su estilo de juego, alegre y creativo, enamoró a los aficionados, especialmente a los más jóvenes, porque se veían reflejados en esos jugadores diferentes a los sobrios y aguerridos futbolistas a los que estaban acostumbrados. Bobby Charlton, Tommy Taylor, Roger Byrne, Eddie Colman y, especialmente, Duncan Edwards, se convirtieron en ídolos de los hinchas del Manchester y despertaron admiración en el resto de aficionados.

Este joven equipo logró dos Ligas Inglesas consecutivas en las Temporadas 55-56 y en la 56-57 con una plantilla cuya media de edad era la más baja de la historia (22 años). La superioridad con la que la consiguieron los dos campeonatos llevó a su entrenador a declarar que en Inglaterra no había un equipo que pudiera competir con ese Manchester. Por eso la Copa de Europa de aquella temporada 57-58 era el objetivo principal de los Chicos de Busby. La contundencia de sus victorias, su atractiva forma de jugar y la juventud de sus futbolistas parecía presagiar que aquel equipo era invencible y estaba destinado a dominar el fútbol europeo durante muchos años.

Con estas sensaciones viajaron a Belgrado (Yugoslavia) para enfrentarse al Estrella Roja al que eliminaron de la competición logrando así el paso a semifinales. Aquel 6 de Febrero de 1958, plantilla, cuerpo técnico, directivos y periodistas subieron al avión que les llevaba de vuelta a casa con la alegría propia de ver más cerca el objetivo de llegar a la Final de la Copa de Europa.

El vuelo 609 de la Brittish European Airways requería una escala en Munich para repostar. Una tormenta de nieve y viento envolvía el aeródromo de Múnich. Tras repostar, el piloto realizó dos intentos de despegue que tuvo que abortar. En el tercer intento el avión consiguió despegar pero debido a la escasa velocidad con la que lo hizo por culpa del estado de la pista no tomó suficiente altura y se estrelló contra un edificio cercano al aeropuerto a las 15:04.

De las 44 personas que viajaban en el avión, 22 perdieron la vida en el acto entre ellos varios periodistas, directivos, miembros del cuerpo técnico, tripulación y siete futbolistas: El capitán Roger Byrne, lateral izquierdo de 28 años, Geoff Bent, defensa de 26 años, Tommy Taylor, delantero centro de 26 años, Mark Jones, mediocentro de 24 años, Liam Whelan, delantero irlandés de 23, David Pegg extremo zurdo de 22 años y Eddie Coleman interior derecho de 21 años.

Entre los supervivientes había miembros de la tripulación y pasajeros así como el entrenador Matt Busby y diez de sus futbolistas, Johnny Berry, Jackie Blanchflower, Dennis Viollet, Ray Wood, Bobby Charlton, Bill Foulkes, Harry Gregg, Ken Morgans, Albert Scanlon y Duncan Edwards, éste último estaba mal herido. Su estado de salud mantuvo en vilo a todo el mundo, especialmente a los hinchas del Manchester United que veían en él al futbolista joven e imaginativo que podría convertirse en el mejor del mundo y que constituía el alma de aquel equipo.

Tras dos semanas en el Hospital Rechts der Isar de Múnich el 21 de febrero de 1958 Duncan Edwards murió a causa de las heridas sufridas en el accidente a la edad de 21 años. Unos días antes había recibido la visita del segundo entrenador James Murphy que se vio obligado a dirigir al equipo tras el accidente. Cuenta Murphy que, al verle, Duncan le preguntó a qué hora era el partido contra el Wolverhampton.

Precisamente Murphy fue el primer responsable del resurgimiento del Manchester United. Matt Busby también sufrió heridas en el accidente y James Murphy tuvo que asumir la responsabilidad de dirigir al equipo en los encuentros posteriores a la tragedia, de solicitar jugadores cedidos de otros equipos que pudieran completar aquella plantilla rota por la muerte y la pena y de construir un nuevo equipo que terminara la temporada.

Trece días después del accidente, un equipo compuesto por reservas y juveniles dirigido por Murphy se enfrentó en eliminatoria de Copa al Sheffield Wednesday ante miles de espectadores que coreaban los nombres de los fallecidos y sostenían un programa de mano en el que la alineación del Manchester United estaba en blanco. Ganaron 3-0 y a partir de ese partido comenzó el resurgimiento de un equipo que en Liga sólo pudo ser noveno.

En cambio, alcanzó la Final de Copa a la que se presentó con un emblema del Ave Fénix en su uniforme. Perdieron aquella final pero de aquel equipo construido en torno a Bobby Charlton nació el que diez años después, en 1968, se convirtió en Campeón de Europa con George Best como estrella.

En la película United (2011) dirigida por James Strong e interpretada entre otros por David Tennant, Jack O'Connell, y Dougray Scott cuyo guión está escrito a partir de los testimonios de los supervivientes y sus familiares, podemos ver lo importante que fue el papel de James Murphy y cómo los que salieron vivos del accidente se enfrentaron a la realidad y continuaron con sus vidas rindiendo tributo a aquellos jóvenes que constituían un equipo legendario que pudo cambiar el rumbo de la historia del fútbol internacional.

Tráiler de la Película United

Aquel equipo que no debió morir se convirtió en leyenda para siempre. Recibió todo tipo de homenajes por parte de aficionados y artistas como el del grupo The Futureheads que tituló su álbum News and Tributes utilizando la portada del Daily Mirror en su disco.

O la canción titulada Busby's Babes que el artista folk Iain Matthews grabó a cappella. O la hermosísima canción de Morrisey Munich Air Disaster 1958.

Morrisey - Munich Air Disaster 1958

Aunque, sin duda, la canción escrita por Eric Winter y más tarde interpretada por el grupo folk The Spinners, titulada Las Flores de Manchester (The Flowers of Manchester) es la más sentimental y la que rinde el más grande homenaje a aquel equipo que no debió morir.

Eric Winter - The Flowers of Manchester

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