Opinión

Vicent González Álvarez @sanusvitae

El objetivo del entrenamiento, al fin y al cabo, es nadar más rápido, pedalear más rápido y correr más rápido. O dicho de otro modo, hacerlo más rápido pero cansándose lo mismo o menos de lo que se cansaba.

Entrenar supone alterar los niveles basales fisiológicos para que éstos provoquen una mejora y aumenten el rendimiento. Para ello mayoritariamente nos centramos en jugar con los ritmos o intensidades o con los volúmenes o duración. Estas variables del entrenamiento son los que afectan a la resistencia, a las vías metabólicas de nuestro organismo. Y, evidentemente, deben ser lo fundamental de nuestro entrenamiento ya que el Triatlón es considerado un deporte de resistencia.

Ahora bien, cuando ya estamos muy entrenados, llega un momento en que por mucho que se siga jugando con la intensidad y el volumen para mejorar las vías metabólicas energéticas, éstas no tendrán una optimización a grandes niveles.

Hemos considerado que el triatlón es un deporte de resistencia por el esfuerzo físico que provoca pero si lo vemos desde otro punto de vista: ¿qué hay que hacer para ser resistente y poder seguir nadando, pedaleando o corriendo? La respuesta a esta pregunta, aunque parezca muy simple, es mantener los niveles de fuerza de brazada, pedaleo y zancada altos para que el ritmo no decaiga. Así pues, la fuerza va a ser fundamental para mejorar el rendimiento en las 3 disciplinas que el Triatlón supone.

La fuerza es un término muy general. Por esta razón se le otorgan diferentes vertientes como la fuerza máxima, la fuerza resistencia, la fuerza velocidad, etc. Pero al final, lo que nos interesa es considerar 3 parámetros fundamentales:

- Nivel de fuerza aplicado: ¿cuántos Newtons aplico en una acción motriz?

- Tiempo que tardo en alcanzar distintos niveles de fuerza: ¿Cuántos Newtons se aplican por segundo?

- Tiempo que soy capaz de mantener los niveles de fuerza: ¿cuánto tiempo hay que mantener esta aplicación de Newtons?

Así pues, en Triatlón buscamos una aplicación de la fuerza que me permita optimizar el rendimiento dentro de las necesidades de la prueba en la que deben estar presentes las 3 preguntas formulada anteriormente. Debemos buscar la respuesta a estas 3 preguntas que va a ser la fuerza aplicada a esta disciplina. Por esta razón, el entrenamiento de la fuerza no será igual en un Triatlón Sprint que en un Triatlón Olímpico. Siff y Verkhoshansky (1999) proponen que la fuerza es una relación entre diferentes parámetros (desplazamiento, velocidad, aceleración, energía, masa, cantidad e movimiento, etc.) y que la unión entre estos parámetros dentro de la acción del propio deporte permitirá aumentar el rendimiento siempre que las diferentes variables se adapten a las necesidades del esfuerzo.

Por ejemplo, Colado J.C. (1996) dice que las sentadillas son un ejercicio muy completo debido a la implicación de varias cadenas cinéticas musculares que conllevan un trabajo de fuerza genérica. Por tanto, la sentadilla o squat será un ejercicio básico para trabajar fuerza de piernas en Triatlón. Ahora bien, deberemos utilizar este ejercicio bien aplicado al deporte que vamos a practicar. Levantar mucho kg de peso en sentadilla no nos va a servir de nada si después no conseguimos mantener unos niveles de fuerza altos a ritmo constante durante 25 minutos o 1 hora. Habrá que hacer este ejercicio con poco peso o el propio peso, a velocidades medias-altas, pocas repeticiones y descansos no completos (es un ejemplo), ejercicios que representen el tipo de esfuerzo en el que nos vamos a encontrar.

Podríamos seguir tratando mucho más este tema, hablando de cómo planificar el entrenamiento de fuerza, qué tipo de fuerza entrenar primero, cómo hacerlo, mediante qué ejercicios, qué carga aplicar en cada periodo etc, ya que el tema es complejo y extenso. Pero, en conclusión, lo importante es que consideremos que el entrenamiento de la fuerza es importante dentro de la planificación del triatleta, ya sea profesional o amateur. Y además, este entrenamiento no debe limitarse a levantar cuanto más peso mejor, sino a buscar un entrenamiento de calidad que encuentre una fuerza aplicada a las características del deporte al que nos enfrentamos.

Colado JC, Chulvi I, y Heredia, JR. (2008). Criterios para el diseño de los programas de acondicionamiento muscular desde una perspectiva funcional. En Rodríguez PL (eds) Ejercicio físico en salas de acondicionamiento muscular: bases científico-médicas para una práctica segura y saludable (154-167) .Madrid: Panamericana.

Siff M., Verkhoshansky Y. (1999) Supertraining : special strength training for sporting excellence: a textbook on the biomechanics and physiology of strength conditioning for all sport. Supertrainint internacional: Denver

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